Muchas personas sustituyen el azúcar por edulcorantes artificiales movidas por intereses diversos, desde mantener controlada su diabetes a limitar la ingesta de calorías para evitar engordar. Sin embargo, la inocuidad de algunos de ellos está puesta en entredicho, incluso hay informes que previenen sobre los efectos que puede tener su consumo continuo.
Una nueva investigación ha descubierto que el neotamo, perteneciente a una nueva generación de edulcorantes artificiales, es capaz de dañar el intestino humano y provocar enfermedades.
Un edulcorante utilizado en pasteles, refrescos y chicles puede dañar gravemente la salud de las personas al debilitar el intestino, según ha descubierto un nuevo estudio.
El consumo incluso de una pequeña cantidad del edulcorante neotame puede provocar que alguien comience a sufrir síndrome del intestino irritable, resistencia a la insulina e incluso sepsis, una afección que mata a unas 40 mil personas al año en Gran Bretaña.
Los hallazgos subrayaron que algunos de una nueva generación de edulcorantes que dan a los productos alimenticios un sabor súper dulce pueden tener un “efecto tóxico” en la salud.
La Dra. Havovi Chichger, autora principal del estudio, dijo que si bien los edulcorantes podrían ser una alternativa más saludable al azúcar, algunos podrían dañar a los consumidores.
El neotame fue desarrollado en 2002 como un sustituto del aspartamo, un edulcorante que ha despertado preocupación y que se ha utilizado ampliamente en los últimos años en bebidas y alimentos vendidos en Reino Unido. A menudo se le conoce como E961 en la lista de ingredientes que se encuentra en las etiquetas de los productos.
Chichger, profesora asociada de la Universidad Anglia Ruskin, y la coautora del estudio, la Dr. Aparna Shil, de la Universidad Jahangirnagar en Bangladesh, dijeron que el neotame representaba una amenaza para la salud porque podía dañar el intestino al provocar que las “bacterias buenas” enfermaran e invadan la pared intestinal. En el proceso, eso podría provocar enfermedades porque la barrera epitelial, parte de la pared intestinal, podría romperse.