La adolescente se quito la vida después de recibir una paliza en el pasillo del colegio de Nueva Jersey. La primera agresión filmada, se produjo el miércoles 1 de febrero. Una compañera se abalanzo sobre ella en el pasillo.
Debía tener más o menos su edad: 14 años. Al mismo tiempo, otras grababan los golpes mientras el joven que acompañaba a la víctima, Adriana Kuch, intentaba detener las agresiones. La secuencia de acoso brutal continuaría los días siguientes, hasta que el viernes 3 la muchacha no lo pudo soportar y se suicidó.
El padre de Adriana declaró que la puntilla que empujó a su hija a no querer seguir viva fue el escarnio que hicieron en las redes sociales del episodio del colegio.
A la muchacha la golpean con una botella de agua en la cara, pero «no fue eso lo que le dolió», insiste su padre. Tampoco los puñetazos y patadas de otra estudiante. Lo que hundió su autoestima y sus ganas de vivir, señala, fue el «ensañamiento» con esas imágenes, la burla sobre el abuso.
Una de las menores fue acusada de agresión agravada, otras dos fueron acusadas de conspiración para cometer una agresión agravada y la cuarta fue acusada de acoso, dijeron el sábado los fiscales del condado de Ocean, en Nueva Jersey.
Su padre, Michael Kuch, busca justicia y sobre todo, que no vuelvan a repetirse situaciones como la que llevó a su hija a quitarse la vida. El hombre ha subido a su muro de Facebook imágenes de la joven en los días previos a su muerte. En ellas se la ve feliz.
Kuch denuncia que todo se podría haber evitado y que él nunca tuvo conocimiento del incidente en el colegio. Responsabiliza al centro por no adoptar las medidas correspondientes y denuncia que el caso de su hija no es el único.