Sus obras de arte son tan diminutas que casi no se pueden percibir a simple vista. El escultor británico Willard Wigan realiza esculturas que literalmente caben en el ojo de una aguja. Para modelarlas son necesarias ciertas condiciones: para evitar sacudidas inoportunas, Wigan trabaja durante la noche en un armario acondicionado.
Usó una pestaña para decorar a los reyes magos junto sus camellos, dijo, que eran más pequeños que un punto.
Wigan, de Birmingham, especializado en pequeñas manualidades, dijo que quería traer “luz al mundo”.
“Vivimos en tiempos difíciles y a veces necesitamos ver algo que nos traiga algo de felicidad, placer y diversión”, explicó.
Wigan, trabajó 16 horas al día durante cuatro semanas para crear la pieza titulada Three Little Kings (Los Tres Pequeños Reyes). Sus camellos están fabricados en nailon mientras que las coronas son de oro de 24 quilates.
Describió el proceso como “tratar de pasar un alfiler a través de una burbuja sin reventar la burbuja”.
El artista, que tiene autismo y en la escuela le dijeron que “no sería nada”, quiere compartir su viaje para inspirar a las personas a seguir sus pasiones.
“Como soy autista, porque no puedo leer, encontré mi propio viaje e inspiro a la gente con lo que hago, para que la gente pueda ver quién soy y qué hago”, dijo.
“A veces necesitamos modelos a seguir para inspirarlos a convertirse en lo que quieren ser dentro de su propio campo”.